martes, 20 de octubre de 2009

Literatura de fin de siglo I

En 1899 empieza a circular por España una idea por los periódicos, la de una nueva “generación” de intelectuales y escritores que ha nacido a partir de la crisis de fin de siglo, que se define por su protesta contra lo establecido, una tendencia hacia el conocimiento de lo nuevo y un afán regenerador político y cultural.
Ha habido mucha polémica en la definición de generación del 98, se discute el valor de la labor de generación. Un grupo de intelectuales que fue llamado de distintas maneras, Gabriel Maura la llamó “generación del desastre” en un artículo publicado en Febrero de 1908, por otra parte esta generación de intelectuales fue definida por Azorín en sus 4 ensayos en el ABC en 1913, a partir de estos textos arrancan un sinfín de intentos de definir esta generación como concepto historiográfico para la historia literaria. En estos ensayos se menciona una característica para Azorín de la literatura, que para él es el más fiel reflejo de la sensibilidad, busca la modalidad media de sentir entre los españoles a través de la novela, critica entre 1870 y 1898, esta característica nos habla del hecho de la protesta contra las prácticas viciosas de la política de España, contra lo no corriente con la realidad, contra lo “viejo” pero no necesariamente contra los “viejos”. Cuando Azorín nos habla de “los viejos” alude a esos hechos anteriores a él, de los cuales el protesta. Pero no fueron solo estos autores los que hablan de ello, sino también J.Petersen quien define una generación literaria con las siguientes características: deben tener proximidad de fecha de nacimiento, coincidencia o comunidad de formación, relaciones personales entre los hombres de la generación, circunstancias vitales semejantes a un acontecimiento o experiencia generacional, existencia de un caudillaje, anquilosamiento de la generación anterior y un lenguaje generacional. Según José Carlos Mainer la necesidad de la invención de uno de los conceptos historiográficos nuevos como es la crisis de fin de siglo obedecía la necesidad de volver a definir una crisis socio-histórica y ampliar la definición del modernismo.
La aplicación del concepto generación en la historia literaria siempre ha sido problemática, hace ya años que no se toma enserio la historia literaria.
En definitiva, no podemos hablar del concepto generación, es verdad que cumple algunas de las características que la definen, pero esto no quiere decir que lo sea, ya que algunas características cumplidas son totalmente lógicas, además hay muchas de estos que cita J.Petersen que no se cumplen.

Todo este concepto, hay que situarlo en una época la cual rodea a este grupo, a esta “generación del 98”. A finales del s.XX, a partir de 1898 se produce una paulatina intervención por parte de los Estados Unidos económica en el Caribe y parte del Pacífico. Es en la Bahía de La Habana donde se produce el hecho de la Voladura del acorazado del Maine, con este hecho no se prevee la guerra contra España, pero esta guerra, la llamada guerra de Cuba se produce por intereses económicos. Estados Unidos quería quedarse con la parte de las potencias europeas, y con esto se produjeron muchos ataques perdiendo España las colonias europeas de ultramar. Con esto se firma el tratado de Paris con el cual Cuba, Filipinas y Puerto Rico quedan como países independientes pero con la influencia de EEUU.
Se forma una relativa crisis económica, política y social ya que España se dio cuenta de que la guerra iba a ser costosa.
En 1987 fue asesinado Cánovas, por lo que surgió la crisis política, se formaron nuevos partidos, como el movimiento socialista, obreros y sindicales ya que en este tiempo no sirve el modelo de restauración. Estos nuevos modelos políticos giran en torno a valores tales como:
  • Anticaciquismo: se produce una contra en oposición a las personas que mandan en el pueblo.
  • Antimilitarismo: una contra del ejercito debido a la guerra de Cuba, ya que mandaban militares a Cuba aun sabiendo que iba ser un fracaso. Había personas que si pagaban no iban, por lo que solo los pobres eran enviados a la guerra. La gente que volvía era gente enferma, mutilada y al llegar a España no era reconocida. Con esta gente llegaron enfermedades nuevas que aquí no eran conocidas. La gente quería que esto no volviera a pasar.
  • Anticlericalismo: la iglesia empieza a controlar la educación, entonces se empieza a pensar que se enseñan ideas contrarias a las del pueblo. Surgen nuevas ideas de negación del clero, existe una ruptura contra los valores. El poder que tenia la iglesia abarca el poder militar y el social.
Todo esto se manifiesta en obras tales como La Regenta de Clarín y Doña Perfecta de Galdós. En 1906 debido al antimilitarismo se crea una ley llamada Ley de Jurisdicciones, la cual fue modificada más adelante. Se quería evitar ese sentimiento, evitar las caricaturas. Se quiere evitar que la prensa tenga este sentimiento.
La influencia que tiene la prensa en la sociedad es muy grande. Surge el intelectual, aquella persona que se dedica a crear una opinión, un estado de opinión que crea un entorno de debate, gente que está a favor y gente que está en contra. Su opinión siempre va a ser subjetiva.
Por otro lado, los intelectuales formaron un grupo, el intelectualismo, que fueron un grupo de personas que se reunían para debatir, crear tertulias. A partir de estos intelectuales se crearon otras figuras como puede ser la figura del bohemio.
La bohemia es una posición radical, ya que está en contra de la burguesía, es una postura modal, radical izquierda. Este bohemio vive la noche, rechaza el matrimonio, cree en las relaciones esporádicas, no cree en la iglesia ni en el ejército. Son artistas, ya que toda esta postura es cultural, están en contra del mundo burgués pero si aceptan sus financias ya que son ellos los que financian las obras.
Con el tiempo se llevan posturas más radicales, como la degeneración, esta postura surge en España a partir de la crisis de los valores positivistas, ven la realidad desde un punto de vista enfermo, para ellos solo existe su mundo, es un mundo cerrado creado en un entorno que no les deja salir, ellos lo han creado.
El movimiento más representativo de esta época es el irracionalismo vitalista, que con Nietzsche plantea la fusión entre razón y espíritu, la necesidad de dejarse llevar por este superar del ávida.
Otros movimiento son el existencialismo que nos dice que no se puede encontrar una verdad única y que sea objetiva, con Kierkegaard y Schopenhauer, el marxismo, que con Marx intenta transformar los términos del mundo históricos y sociales y que promulga la revolución con la cual se supera la desigualdad de clases transformando el ámbito material de la sociedad, y por último el psicoanálisis, que con autor Sigmund Freud estudia el individuo y sus conflictos a través de la interpretación que le da a los sueños, y la percepción de la realidad que tuvo la incidencia del relativismo filosófico.

La invención del 98 realizada por Azorín, y la aplicación a la crítica literaria de este concepto es un suceso perturbador y regresivo de cuantos afligieron a nuestra crítica en el presente sigo.
Tenían un empeño de separar lo nuestro de lo hispánico total, lo peninsular de lo universal. Pronto se llego a la conclusión de que en la literatura española de la época la decisiva era el elemento autóctono, numantino, irreductible.
La “ciencia” literaria alemana elaboro la noción de generación literaria, sin discutir su utilidad en cuanto a los estudios históricos. Entre otras cosas enturbio lo referente a la lengua generacional, cuya existencia se dio por supuesta al comparar el de quienes empezaron a escribir a finales del s.XIX con los autores del naturalismo y realismo.
Caen las barreras generacionales y otro tipo de afinidades se afirma en el tiempo y en el espacio. Arranca el error llamado “generación del 98” cuando no te das cuenta en la creación misma de exaltar el españolismo frente al universalismo y de subrayar lo negativo con preferencia a lo positivo. Hay una posible equivalencia entre las denominaciones “generación del 98” y “modernismo”. Pedro Salinas opina que el modernismo no es otra cosa que el lenguaje generacional del 98 y por esta razón los escritores españoles del periodo inscriben en el amplio cuadro de lo que es, no ya un vasto movimiento literario, sino una época marcada precisamente por esa renovación del lenguaje, indicio del cambio en la sensibilidad y en las actitudes.

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