martes, 27 de octubre de 2009

Antonio Machado II

Antonio Machado nació en Sevilla en 1875 y murió en Colliure en 1939.Tras la muerte de su padre en 1895, Antonio y su hermano Manuel emigraron a París, pero a pese de que Manuel se queda allí, Antonio prefiere regresar a Madrid. En 1907 se enamoró en Soria de Leonor Izquierdo, con la que se casaría dos años después. Pero la repentina muerte de ésta en 1912 hizo que Antonio Machado se trasladase a Baeza, luego a Segovia y de aquí a Madrid, donde se instaló en 1931. En 1936, con la guerra, abandona Madrid y acaba muriendo en el exilio francés.
Su producción lírica nos incluye tres libros: soledades, galerías y otros poemas; Campos de Castilla y Nuevas canciones, y además toda la poesía que escribió durante la guerra civil.
Publicó en 1903, Soledades; que es su primer libro de poemas en el que incluyen 42 composiciones escritas, pero este mismo libro lo revisó i lo rehizo con el título más extenso: Soledades; galerías y otros poemas.
Tiene un carácter meditativo y trascendente que le lleva a usar un lenguaje contenido y discreto, porque su concepto de l poesía es otro bien distinto, más existencial y espiritual. Hay en él subjetividad, que busca identificarse con la de los lectores para universalizarse. Al igual que Azorín, medita sobre el paso del tiempo. Además no se trata de un único tiempo, sino de dos: el cronológico y el psicológico.
El lenguaje machadiano es impregnado por un tono nostálgico y melancólico, que se decanta hacia el uso de palabras-símbolo, y además observamos una cuidada adjetivación.
Valoraba en poco su obra porque estaba hundido en la soledad y la amargura, o porque considerase ociosas sus emocionadas reflexiones, plasmadas en muy buenos versos, sobre la memoria y el sueño, el tiempo y la muerte, o simplemente porque creyese que su corazón se había dormido y que su pensamiento era estéril, el caso es que cuando miraba hacia su pasada juventud se sentía como un hombre acabado, pero, de repente reacciona contra esa idea que tenía de sí mismo, comenzándose a preguntar.
Más o menos es por la misma época cuando Machado comenzó a interesarse en estudios filosóficos que apareció por primera vez en 1917, en las Poesías completas, pero en la parte correspondiente a Soledades, galerías y otros poemas.
Esta poesía parece indicar un pasotismo de la amargura, de la obsesión dominante por la falta de amor, a lo metafísico. Es evidente que esa inquietud no la causaba la falta de amor sino la que la revelan numerosos poemas en los que habla de recuerdos, del tiempo y de la muerte.
En aquella tarde tristona del poema LXXVII no sólo siente angustia, sino que se extraña de la repetida presencia de ésta en su alma y se pregunta por qué, ósea, por la causa esencial de esa angustia.
En esa angustia, en ese dolor hay dos elementos: uno es nostalgia de la vida buena, y el otro soledad. Una soledad en cuyo carácter va a seguir indagando en el resto del poema. La razón de estros es que ha de referirse a esa nostalgia en términos que sean válidos para su niñez tanto compara su primera juventud, o para ahora.
Machado cuando se mira a sí mismo, y ve lo que él es en el presente, y alude a su andar sin rumbo, esas simples expresiones: borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta y pobre hombre en sueños, las cuales se cargan de sentido y nos dicen quién es él, por fuera y por dentro, y la causa de su pensar. La causa es que se ha sentido siempre perdido, sin rumbo, y por qué éste sentirse perdido viene a ser la causa última de su angustia y es algo que indica sólo en el último verso: es la falta de Dios.
En uso de sus poemas la fuente le quiere hacer recordar, indicando que todo era entonces los mismos que ahora, y que aquella tarde pasada fue esta misma tarde.
A pesar de saber que es de siempre su amargura, un momento lo olvida, y quiere creer que lo que la fuente le pide recuerde fue un momento alegre.
Campos de Castilla, es el siguiente libro de Machado que supone un cambio en su trayectoria poética. Tiene un cambio de perspectiva, de temas y de tono, y ahora atiende al mundo exterior, además se interesa por el paisaje y su afinidad con el espíritu noventayochista orienta su nuevo proyecto poético.
En su versión definitiva de campos de Castilla incluye poemas descriptivos y reflexivos sobre los hombres y tierras de Castilla, además, nueve poemas de tono íntimo: campos de Soria, en los que contempla con mirada comprensiva la tierra Soriana, también un cuento-leyenda en prosa y romance cuyo tema es el cainismo en las tierras de España, y por último los Poemas finales que son inspirados en Leonor; poemas de Baeza, con su visión crítica de Andalucía.
En este libro Machado emplea un lenguaje poético sencillo y austero, y que contribuye un estilo caracterizado por la sobriedad y la naturalidad expresivas. El romance, la silva y la copla popular son las formas estrófericas que más utiliza.
La última consecuencia del poema es la idea, y según decíamos, el libro entero nos brinda una progresiva mentalización de ese conjunto tan complejo que es Castilla.
El paisaje castellano es objeto de percepción directa, y acto seguido de pensamiento, en los poemas clásicos de la primera parte, como <>, que van constituyendo una construcción interiorizada. Se podría afirmar que Machado, como Cervantes, es un escritor que se forma y transforma a sí mismo escribiendo y por eso sienten tantos lectores que los momentos decisivos de campos de castilla son aquellos grandes poemas sorianos cuyos temas son la primavera, el tiempo, la superación de la muerte individual, el renacer de los seres…
En su siguiente libro, Nuevas Canciones, recoge los últimos poemas que escribió en Baeza y los de su etapa segoviana. Fue recibido con respeto, pero a la vez con una cierta hostilidad en un contexto poético, el de la generación del 27, muy distinto en todos los aspectos al que representaba Antonio Machado.
Su último libro de poesía es Cancionero apócrifo, que atribuye a catorce poetas heterónimos, quienes son la encarnación literaria de las otras voces que sentía en su interior. Los poemas son de desigual extensión. Con ironía y escepticismo, Machado reflexiona sobre distinto temas, relacionados con la filosofía, la moral, la sociedad, el amor, Guiomar, el ideal poético o la deshumanización de la poesía contemporánea. Esta última obra es la que se ocupó a Machado los últimos doce años de su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario