Se trata más de una época de cambio que de una rebelión, donde tratan de aparcar los caracteres conservadores que poseía la literatura de hasta entonces, para acercarse más a formas de vida de países más avanzados, como Francia o EEUU.
La estética modernista se caracteriza por su rebeldía contra lo propio, lo que provoca que se cree una literatura que evita a la realidad de entonces (culpa de sus referentes europeos y estadounidenses: ejemplo, Poe, Whitman). Se centran sobre todo en el arte y la belleza, el esteticismo y la recreación de épocas de importante significado poético (Antigua Grecia, Roma, Edad Media, Italia, Francia rococó…). El Modernismo es un arte sincrético, ya que armoniza características de distintas tendencias literarias. En su formación tuvieron gran influencia el Romanticismo (Bécquer, Víctor Hugo) y, especialmente, las dos escuelas francesas de segunda mitad del s. XIX: el Parnasianismo (Théophile Gautier y Leconte de Lisle), que buscan la belleza formal, “el arte por el arte”; y el Simbolismo (Baudelaire, Verlaine, Rimbaud y Mallarmé), que se basa en el idealismo poético y el gusto por el misterio.
El escritor modernista necesita alejarse de la vida cotidiana, y prefiere la vida bohemia y anárquica, escogiendo un esteticismo refinado y desechando lo vulgar, además de resaltar su fe en la belleza con una dependencia absoluta de toda idea moral, pedagógica o utilitaria.
La “actitud modernista” lleva aparejada una renovación del lenguaje. El escritor modernista prefiere adoptar una lengua distinta a la cotidiana, y acoge el Simbolismo. Su léxico será, por lo tanto, selecto, brillante, sensorial y efectista, formando voces poco usuales como arcaísmos, neologismos, cultismos o extranjerismos.
Los sustantivos nos remiten a un mundo soñado e ideal, refinado y sensible, fantástico e irreal, distante en el tiempo y en el espacio. Maneja una amplia gama de adjetivos, y logra un estilo ornamental y deslumbrante con ello, que debe ser capaz de evocar lo ideal, las sensaciones más matizadas o sugerir los estados del alma más sutiles. En cuanto a la métrica, abundan tanto el verso libre como el alejandrino, y el género literario más trabajado es la novela.
En cuanto a la temática, en estas obras se centra en la sed de belleza, el ideal de armonía, la búsqueda del amor, los sueños, la fuga del mundo cotidiano, el origen de los pueblos americanos, el cosmopolitismo, la soledad, la melancolía, que evoca el paso del tiempo, y el fracaso existencial, el miedo a la muerte y en anhelo de una trascendencia que nunca acaba de confirmarse son, junto con los políticos, los temas fundamentales de los modernistas. El amor es tratado desde una perspectiva intimista (carnal y erótica). Recibe una gran herencia del Romanticismo (influencias).
La máxima figura del Modernismo literario es Rubén Darío, cuya obra es la expresión de una personalidad compleja, oscilante y contradictoria, que conjugan un temperamento emocional e idealista, una visión exultante de la vida, la vocación de la modernidad, la pasión por la belleza, la angustia existencial, el espíritu cosmopolita y las raíces indigenistas e hispánicas. La poesía es una forma de vida para el.
Su obra se divide en tres etapas:
- En la primera etapa imita a los románticos españoles como Zorrilla, Rosalía de Castro o Becquer y a Víctor Hugo, y comienza a despertar su interés por la poesía parnasiana, a la cual se debe su proyecto de renovar la métrica de la lírica en lengua española y el gusto por la sinestesia, la recreación de épocas esplendorosas del pasado o las referencias mitológicas.
- La segunda etapa se abre desde Chile con un libro rupturista y trascendental Azul… , 1888? En prosa y verso. Con él nace el modernismo, olvidando sus modelos hispánicos y abrazando el parnasianismo (estética). Utiliza sonetos con versos alejandrinos, dodecasílabos e incluso de diecisiete silabas. Su léxico es colorista y sensual, y la sintaxis que utiliza es francesa. El estilo es leve y preciosista, su tono es vitalista y a la vez melancólico. Aborda los temas de la mujer, el erotismo, los sueños y la naturaleza.
- En la tercera etapa publica Prosas Profanas (1896), un libro de madurez. Presta una especial atención a los aspectos musicales y rítmicos de los versos (el alejandrino, particularmente) experimenta una gran variedad de estrofas, rinde culto a la poesía de Verlaine, ensalza los valores del cosmopolitismo y reivindica la tradición poética hispanoamericana, a la par que proclama el arte como la forma de expresión mas sublime. El tema principal de dicha obra es el amor visto desde una perspectiva más carnal que espiritual, cercana al paganismo.
- En la cuarta etapa publica el que se considera su mejor libro de poesía (Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas, 1905). Atraviesa una crisis personal que afecta a su perspectiva poética, que se va a volver mas reflexiva, honda, sincera y humana, haciendo prevalecer los temas existenciales y políticos. Rubén Darío es el alma del Modernismo.
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